“La ambigüedad de los personajes es muy interesante”

La mañana de Córdoba |

La lucha entre unitarios y federales en Pergamino conforma el marco de esta novela que mixtura el drama, el romance y la Historia con una narrativa ágil y sólida.

«Una novela de fuerza extraordinaria. Romántica y épica, una vez comenzada no pude dejarla”, afirma Cristina Bajo en la faja que acompaña el libro de Camucha Escobar.

La escritora publicó recientemente “Tierra en Sombras”, su primera novela, que transcurre en Pergamino durante 1838. La lucha entre unitarios y federales impacta de manera sanguinaria en los habitantes de esta región fronteriza. Ese es el contexto en el que viven María de la Cruz y Facundo Godoy, los protagonistas. Cada uno de ellos trae a cuestas sus tragedias personales. A medida que la relación crece entre ambos, la traición y la crueldad amenaza con separarlos.

En estas páginas, Camucha habla de su lugar, del pasado, de su propia historia familiar, de todo aquello que tiene que ver con Pergamino, lugar en el que convivieron indios, criollos y gringos.

Acompañando el lanzamiento de “Tierra en Sombras”, Escobar cuenta los detalles del proceso de escritura de este libro que ya tiene en preparación una segunda parte.

¿Qué te llevó a escribir una historia como “Tierra en Sombras”?

Mi proceso en la creación de la novela es hermoso, y digo es porque todavía no finalizó. Hace unos días terminé la continuación de “Tierra en Sombras” y ya estoy diagramando el tercero.

Cuando tenía aproximadamente 40 años comencé un taller literario y me dediqué al cuento corto con el cual tuve muchas gratificaciones.

Sin embargo, la historia de Facundo Godoy rondaba desde hacía muchos años en mi cabeza y gracias a los talleres literarios pude ir dándole forma.

La idea de las tierras de Pergamino y sus conflictos me interesó desde pequeña, ya que fui prácticamente criada por abuelos de ambas partes, hijos de inmigrantes y hacedores de todo tipo de anécdotas, que yo, desde muy pequeña las expresaba dibujando historietas.

Los abuelos Godoy, por parte materna, vivieron siempre en el campo de Villa Cañás, en donde no sólo aprendí a andar a caballo sino también a empaparme en todo lo concerniente a las actividades campestres y como broche de oro me casé con un hombre de campo.

Cuando leí “Como vivido cien veces”, de Cristina Bajo, supe que quería escribir algo así.

La novela se desarrolla en Pergamino, tu ciudad. ¿Qué jugó a favor y qué en contra a la hora de narrar una historia que tiene como escenario tu lugar?

A favor, todo; en contra, nada.

En Pergamino me fue espectacular. Dicen que nadie es profeta en su tierra, pero a mí me pasó todo lo contrario. Me fue genial, no solo con las mujeres que les gusta leer, sino también con hombres mayores que me han llamado emocionados a mi casa, recordando sus visitas al campo de mi abuelo en Villa Cañás, al que hago referencia en el libro. También me sorprendí con la gente joven muy enganchada. Un colegio de Pergamino lo usó como material de lectura, lo analizaron y luego me invitaron a participar de una charla que me dejó gratamente sorprendida.

En nuestra ciudad había un Archivo Histórico muy valioso y en el cual pude informarme libremente. Había libros de la época, cartas, documentos, mapas que señalaban el Camino Real. La directora del mismo, Marita Fekete, siempre me ayudó con la tarea como así también usé el material de historiadores como Giménez Colodrero, Libera Gill y Restaino.

Pergamino, debido a su puesto fronterizo en aquellos años, fue testigo de hechos oscuros, intensos, crueles, alguno de los cuales trato de plasmar en Tierra en Sombras.

Los personajes principales, María de la Cruz y Facundo, son dos personas sufridas, que cargan tragedias, dolores… ¿cómo fue el armado de estos personajes?

Nada fácil. En un primer momento el personaje masculino, Facundo, era muy débil para ser el protagonista. Los trabajé con Carla Pandolfo, que es editora de la revista Quid, de Yenny y recién en ese momento pude profundizarlo. Otros personajes nacieron de la investigación propiamente dicha.

Hay un elemento narrativo interesante, y es que los personajes son ambiguos, tienen sus luces y sus sombras. ¿Qué le imprimió eso a la trama narrativa?

La ambigüedad de los personajes es muy interesante y como te mencioné anteriormente tengo que agradecérselo a Carla Pandolfo que fue quien me ayudó a jugar con sus distintas facetas. Recuerdo que, para escribir sobre María de la Cruz, que es una muchacha ciega, me ponía un pañuelo en los ojos y lo tenía el mayor tiempo posible para entender lo que significaba no poder ver.

Ahora bien, esa ambigüedad se expresa solo en las personalidades de los personajes, no así en la ideología de la obra, cuyo sustento tiene base en una cruda guerra civil entre unitarios y federales, y cómo en el seno de las familias criollas se proyectaba esa realidad.

Los personajes no sólo tenían que tomar partido por una u otra idea, sino vivir además su propia realidad rodeada de celos, contradicciones, muertes y amores.

Los comentarios están cerrados.

Ofrecido por WordPress.com.

Subir ↑